Llueve. Niguna hormiga desorientada bordea mi ventana.
Hoy son gotas perezosas las que asisten a mi intento de no distraerme con nada, distrayéndome.
Vuelvo al trabajo , después de una conversación silenciosa , que, sin embargo, tiene la memoria de la voz.
Esta tarde
Hay tardes así.
Me urge terminar una pàgina
pero me distrae una hormiga
errante y salida de cauce,
¿raro, no? ,
que trepa por el filo, justo, de mi ventana
viernes, 9 de febrero de 2007
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