Esta tarde



Hay tardes así.
Me urge terminar una pàgina
pero me distrae una hormiga
errante y salida de cauce,
¿raro, no? ,
que trepa por el filo, justo, de mi ventana

sábado, 26 de mayo de 2007

Es extraño

Que raro ! Lo dijo sin darse cuenta y sin saber a quien se lo estaba diciendo, pues a su alrededor,e xcepto dos perros de mirada resignada, no habia nadie. Sin embargo era en esta esquina , volvió a hablarse entredientes, mientras se le marcaba en las cejas el extrañamiento.
Miró el árbol , el de todos los días, claro , la vidriera de la boutique del barrio iluminada por el sol de la mañana , dónde dos manequies parecían escaparle a un invierno fabricado con algodones y ramas desnudas , de dudoso gusto, pensó . cubiertos por sacos de cuero , cuyo precio habia preguntado a la dueña la mañana anterior ,sabiendo que todo quedaría en la consulta y ella seguiría con la campera gris .Recordó que hasta el portero de su edificio, con quien llevaba años de formulas sociales compartidas con menor o mayor efusividad , según el humor , solía mirar con cierto mal dismulado disgusto el tejido gastado del abrigo. Mientras caminaba vio en la peluqueria a sus vecinas , las que compartian las charlas en el parquecito cuando llevaba a los chicos a correr un rato, seguramente estaban "cotorreando" historias que a veces inventaban , por que sí, para no desnudar rutinas agobiantes.
Reconoció las tres baldosas despegadas que le hacian caminar con respeto ese tramo de la vereda , sos tan despistada le decían , y ella tomaba recaudos , por lo menos cuando el despiste podia convertirse en porrazo.
Saludó al chico de la panadería , al que volvía loco, cada mediodia , si los 250 gs de milonguitas no estaban tostados . Nole contestó.
Tampoco había contestado a su sonrisa de sabado la dueña de la boutique.
Desde la peluquería habian mirado con indiferencia su además de saludo ,brazo en alto.
Cuando el portero del edificio, que ese día , como todos los fines de semana, habia abandonado la prolija costumbre de afeitarse ,le preguntó _ Señora? Puedo ayudarla? Busca a alguien en esta dirección? Entonces, sólo entonces se dio cuenta. Se había equivocado. No era ella.

martes, 8 de mayo de 2007

Se ovillaba y se desovillaba en torno de su ombligo, Andaba en círculos caprichosos dándole vueltas a la sensación extraña. Si se acostaba boca arriba, era un cosquilleo inquietante, entonces volteaba de costado y sentía calor en el centro del cuerpo. Se acurrucaba y un hilo tibio le garabateaba extraños signos en el vientre. Si lo desatendía se volvía demandante, si se concentraba en él se iba desvaneciendo, pero nada de desaparecer, no, sólo se trataba de una estrategia para que ella se ocupara de recuperarlo. Cada mañana intentaba abandonarlo entre las sabanas y cada noche, sin embargo se acostaba con él. No importaba si llovía o el día era luminoso, en un caso se ocupaba de alumbrarla y en el otro de darle sombra. La exasperaba o la calmaba según las circunstancias. Se le deslizaba por la risa, pero se licuaba en sus lágrimas.
Entonces ella se ocupó, cuidadosamente, de buscar gente a la que le pasara lo mismo.
Hizo una larga lista que nombraba personas de cualquier parte, los distinguía por la luz en los ojos.
Creo que su nombre, sí, sí, el suyo, está entre ellos.
Ana. 4 de abril de 2007