Esta tarde



Hay tardes así.
Me urge terminar una pàgina
pero me distrae una hormiga
errante y salida de cauce,
¿raro, no? ,
que trepa por el filo, justo, de mi ventana

viernes, 18 de diciembre de 2009

Insomnio en msn

Con Rodo se encontraban en la madrugada.
Sabía pocas cosas de él , que era rosarino, que amaba a Inés ,su compañera, como la llamaba siempre, definiendo con ese solo término que era la parte que completaba su vida, pero seducía, según contaba, a la que podía, y que se desvelaba , casi siempre a la misma hora que ella, cuando cuesta definir si empieza el día o falta tanto para que amanezca que se sigue diciendo mañana y ya es hoy.
Ambos despuntaban el vicio de escribir. Ella no había leído sus historias pero las presentía debatiéndose entre la divertida humorada inteligente y la tristeza enmascarada que había que descubrirle. Se entretenían en diálogos que les parecían inteligentes, y jugaban con la sutileza intangible de las palabras que se escapan libres del pudor de las miradas o el encierro de los gestos. La mujer sabía que su vigilia de las tres de la mañana se encontraría con su nick activo en el msn.


Rodo dice: Hola, ¿cómo estás?
Lucia dice: Dándole patadas al insomnio.
Rodo dice: Ésa no es la estrategia, enamoralo.
Lucía dice: ¿Te parece? Pero si lo enamoro no me abandonará...
Rodo dice: Tal vez no, pero se dormirá con vos, no resistirá la tentación de hurgarte los sueños. Es celoso.
Y la charla seguía interminable, chispeante, con visos de filosofía de café y mucho de intimismo de rinconcito virtual. Finalmente, el insomnio caía derrotado, exactamente un rato antes de que el despertador implacable, llamara.
Un jueves de agosto, antes casi de comenzar el debate trasnochado y apenas terminaba de contarle una leyenda que sustentaba una teoría acerca del origen de las brujas, que le había arrancado francas carcajadas y que ella pensaba en propagar, leyó:
Rodo dice: Me voy a España, para siempre. Definitivamente.
(Tiene la costumbre de ratificar las cosas, asevera siempre doblemente, como si necesitara convencerse de que es cierto lo que dice)
Rodo dice: Me voy en estos días. Inés y los chicos se van en diciembre. Voy a trabajar de carpintero.
Ella se acordó de su fascinación por la madera, de las charlas en la que le decía, entre historias de mujeres seducidas, que recordaba especialmente a una que tenia el alma de árbol.
Lucia dice: ¿Blanda?
Rodo dice: No, noble, resistente y maleable, refrescante y tibia, rumorosamente silenciosa y siempre dispuesta a que mis manos la acariciaran, le dieran forma.
Esa madrugada le dijo que tallaba la madera, que enredaba sus cuentos en el rincón de un taller claro con aroma a bosque.
Cuando se fue a Europa, hubo un tiempo en que su mujer y los chicos, dos adolescentes, esperando la fecha de su viaje, ya no vivían en el departamento , que había sido vendido para costear la decisión, deambulaban de casa en casa de familiares y despojados de la PC casi no se conectaban a la red, entonces, casi su única interlocutora era ella.
Sus insomnios andaban desencontrados, pero en todo caso se encontraban en el afecto y en el decir.
Rodo dice: Extraño. Todavía hace calor. Hoy fui al mar. Topless, topless.
Lucia dice: Largaste el insomnio para vivir un sueño!
Rodo dice: Una pesadilla! No doy el perfil, nadie me mira.
Y entre risas y comentarios, le bancó la nostalgia inaugural, la urgencia por la llegada de los suyos, hasta el último momento cuando le decía que tenía ganas de emborracharse, justo la noche en que viajaba a Madrid a esperar a todos.
Después se encontraban de vez en cuando, en algún espacio entre el trabajo en Barcelona y el atardecer argentino.
En uno de esos momentos, en que retomaban la charla, como si no hubiera sido interrumpida, él habló de un temor que se le hacia recurrente, aquí, en su suelo, el de volver a ser el pato de la boda.
Lucia dice: Lo fuiste?
Rodo dice: La Chabela me llevó a Coronda, Estuve cinco años desaparecido.
De un golpe asombrado ella entendió lo del insomnio. ¿Cómo habrían sido los de entonces?
¿Cuántas veces habría intentado hacerle el amor, para que se rindiera y le amordazara el miedo y la angustia? De cuántos recuerdos de la infancia, tan cercana, estarían pobladas las madrugadas? ¿Qué amor desesperado habría dejado?
¿Cuántas veces habría elegido la vigilia para que su sueño no fuera sorprendido por la tortura?
Su loco amigo entre la impiedad y el miedo.
Su creativo querido, amenazando, desde sus ideas brillantes a una patria mediocre.
Su cómplice locuaz, tapando sus oídos para escaparle a los gritos de los otros y apretando los dientes para amortiguar los suyos, o aguzándolo, para escuchar pasos malamente sigilosos
Su compañero desvelado tal vez le temiera al silencio, todavía.
Su amigo, el que ríe con sus historias, el que, desde una España en la que estrena un invierno en diciembre, trata de explicarle que está bien , que todo es fantástico, que están acostumbrándose, que ya habla catalán, pero que tiene unas ganas locas de cualquier vereda de Rosario.
Rodo dice: Se extraña, negra. Se extraña hasta el quiosco de la esquina, y las minas /se me escapa el alma cada tarde a la Argentina. Vengo de rimas ¿no?
Rodo que hace un rato escribió.
Rodo dice: ¿Sabés? estoy pensando. No enamores al insomnio, Si no, tal vez debas echarlo de tu cama alguna noche. Mostrale indiferencia.Para que se humanice.


                                                                                                      Ana María Elía
                                                                                                     Febrero de 2002

martes, 13 de octubre de 2009

ENCAJES

Había pasado la tarde anterior, pensando en la cita. No se trataba de un encuentro cualquiera, sino de uno planificado con mucho tiempo de anticipación, hacia meses que sabía el día y la hora , sin embargo sólo ese miércoles de agosto , comenzaron a preocuparla asuntos en los que había evitado centrar su atención. Salió a la calle desafiando al viento de la tarde, parece que se instaló para siempre, pensaba. Mientras arremetía también contra el frio, se calzó los guantes que encontró casualmente en un bolsillo del abrigo que había descolgado del perchero sin elegir demasiado, espero tener las uñas secas, se dijo,le había llevado tiempo arreglarse las manos y los pies, debía ser cuidadosa con los detalles. ¿Por qué no había cancelado el encuentro? Lo había pensado más de una vez, pero sabía que eso sólo implicaba una postergación pueril y hasta peligrosa. Respondió con desgano al saludo amable del vecino con el que intercambiaba diálogos de contenido meteorológico desde hacia mas de veinte años, hoy debería decir qué frío y seguramente recibiría por respuest , lo terrible es el viento, pero no tenía ganas.
Estaba molesta, no le gustaba esa sensación de incertidumbre que le daba vueltas por ahí, tampoco sabia si en la garganta o en el estómago. Tranquila, se dijo, y prestó debida atención al cruce de calles, después de todo vivían acusándola de distracción y no iba a darles el gusto, no por lo menos ese día ,de que le dijeran _viste? siempre te decimos, se entretuvo discurriendo en que tal vez,, si la atropellara un auto el susto de tener que ir a buscarla lastimada a algún sanatorio del pueblo les hiciera ahorrar el comentario,
Casi sin darse cuenta llegó a la lencería, siempre le había parecido exagerado el Lengerie que atravesaba la vidriera y no le gustaba el rosa intenso de las paredes, pero no había muchas opciones y la dueña era la hija de una vieja amiga que siempre la atendía con paciencia.
Acompañó el saludo de una sonrisa forzada y sin demasiado preámbulos, explicó lo que necesitaba , un conjunto de bombacha y corpiño y ahí entendió el motivo de la sensación que le navegaba por el cuerpo, le gustó lo de navegaba , porque la falta de certezas la recorría ahora de pies a cabeza. ¿Qué debía elegir? ¿De qué color? Su propia pregunta coincidió con la de la vendedora , ¿De raso?, ¿Lo querés con encaje?. No lo sé, contestó francamente, lo que resultaba raro, sobre todo en alguien que, como ella no tardaba en decidir lo que quería cuando de ropa se trataba. ¿Cuál convendría? El color “piel” tal vez fuera el mas adecuado, los otros blanco o negro probablemente resultaran demasiado llamativos, además no debían tener brillo, no mucho, pero de algodón tampoco. Finalmente acordó en que debía ser algo sobrio, pero no exento de algún detalle de buen gusto y hasta un poquito osado. Examinó uno de los que le ofrecían, el reborde de encaje sobre el raso de brillo tenue en ambas pendas estaba bien, las texturas combinaban y el color era un beige que apenas destacaba sobre su mano Lo compró. Cuando guardó la caja en la cartera, estaba aliviada, segura de que había decidido bien. Si su vecino estaba en la vereda es probable que entablara el breve intercambio de siempre, le había parecido que el hombre, un viejo farmacéutico jubilado ,había quedado desconcertado por el saludo incompleto.
Para cuando llegó a la esquina de su casa, excusada de la obligación de todo saludo pues la vereda estaba vacía , se dio cuenta de que el alivio había sido momentáneo, la mezcla de angustia y miedo persistían . Mañana a esta hora, pensó.
Era esa hora de mañana cuando llegó. No hubo mucho espacio entre el saludo y el acto de quitarse el corpiño que ahora estaba tirado casi al descuido ,despojado de todo encanto, sobre una banqueta baja , lugar al que también irían a parar las bombachas recién estrenadas , que ya se estaba quitando mientras las piernas le temblaban. Hacia pocos minutos el ginecólogo le había dicho, pase al baño, quítese toda la ropa, colóquese la bata abierta hacia adelante y vuelva.
Ana Elía
Agosto de 2009

martes, 29 de septiembre de 2009

MOMENTO

Un extraño reloj
señala horas que no son
y
se confunde con los rojos
de un calendario
que no respeta el tiempo
estoy quieta.
Tengo quieta la mirada
en el espacio exacto
que ocupa
tu cuerpo
que también está quieto.

sábado, 25 de julio de 2009

Extranjera

Me extrañan los silencios
soy extranjera
cuando faltan las palabras.
No sé qué hacer con los paréntesis
y caigo en el desvelo
de llenarlos de penas.
Si se me ocurriera otra forma
libraría a su suerte
mi trabajoso empeño de esta noche.

fines de julio de 2009

jueves, 16 de abril de 2009

Herido de sauce, pino y rio
sobre la arena tibia
a la vera, justo, de la somnolencia
cae el libro,
derrotado por la tarde.

abril de 2009

miércoles, 25 de febrero de 2009

Cambià de historias

_Lei lo tuyo._la frase me sorpendio cuando habia puesto un pie sobre la Independencia para cruzarla en diagonal , como no se debe. Me di vuelta, era Gòmez, el flaco Gómez, no lo conocia demasiado, pero como todos en mi ciudad , no podia imaginarme el cafè de esa esquina sin su larga presencia , que mudaba de afuera hacia adentro según la estación. La tardecita de enero, o la prohibicion del cigarrillo ,o ambas, lo condenaban, ese dìa, al exterior. Desde su mesa solitaria me habia hablado. Dudè en volverme ,pero la carne es dèbil y que uno màs hubiera leido mi esquelético librito de reciente publicacion , pudo con mi vacilacion , si la hubo.
Que mina triste _ agregò_ sentate.
Cómo? _le dije_mientras arrimaba una silla y daba por tierra con mis pruritos.
Sì, vos, que mina triste_repitio con una seguridad que no admitia réplicas_nunca una buena en tus historias .
Mirà - le dije-intentando una amabilidad a la que me obligaba la buena educaciòn, y que estaba lejos de sentir _ las cosas no me pasan a mi, sino a mis personajes.
Mmmm_y revolvio el cafè con aires de filosòfo alicaído _sin embargo…_y dejó la cucharita sobre un plato , en el que tambièn estaba apoyado su cigarrillo a medio fumar , la ausencia de una etiqueta y de bolsillos en su remera me hizo suponer que ése provenía de la generosidad de alguien que habìa pasado, sin dudarrlo hundi los mios en la parte mas profunda de mi cartera.
_Estás equivocado. No voy a discutirte que hay alguna cosa mia, es decir que deviene de mis experiencias, en los cuentos, pero, lejos de lo que vos decís , yo…_ me interrumpì, no iba a decirle a un extraño, que, despues de todo ( después de qué?), yo me sentía gloriosa en el amor y en la vida.
Mirá_seguia, acariciandose la barba descuidada y con el tono mesianico con el que habia iniciado la conversacion_yo podria contarte tanto_y sin esperar ni el menor gesto de atencion empezó, no se si para mí o para él _ mi primera novia era del barrio Cihacarita, teniamos quince y yo le compraba conjuntos de ban lon _ te acordàs? _ si, me acordaba _si habré gastado, al final se quedó con mi primo , iban juntos al secundario y una cosa trajo la otra.
Movio el pocillito en un movimiento exasperante , como para reunir las últimas gotas del café frío, lo bebiò, y siguio ante mi silencio, que esa altura no sé a qué obedecía_ Después me fui a Mendoza un tiempito , ahí me enamorè de una morochita, muy linda piba. Ella tambièn me queria mucho , pero se metieron los viejos, ¿viste como son esas cosas?_sì, habia visto_y al final la convencieron.
Sin dudar de que iba a seguir el hilo de su relato , entornó los ojos y ensayando una mirada de tanguero en desgracia, siguio como si nada_ Después estuve un tiempo solo hasta que se me cruzó Beatriz , que metejon , que metejón.¿Tenès un cigarrillo?_ No. No tenía Eso no lo amilanó _Con ella me hubiera casado , habia empezado a hacer algo en un terrenito de mi tìa , pero no sè, nunca supe bien , un día empezó con que no estaba segura, que le diera un tiempo y se fue a trabajar a Cordoba , le habian conseguido un traslado en el mismo banco , el gerente se iba y la queria de secretaria, era capaz, muy capaz_decia mientras encendia un cigarrillo que le habia pedido al mozo.
La pausa me daba el tiempo justo como para levantarme, sin embargo , como adivinando mi intencion, agregò_ahora no hay nada serio , no es que no haya nada de nada ,_añadiò como para dejar a salvo el orgullo _ uno picotea , pero con esto de que cuido a mi vieja no es fácil, las mujeres no entienden , son bichos raros, eh?
_Nosotras? _ me puse el bolso al hombro como para no dar espacios, me levantè , acomodé la silla y reuniendo los atisbos finales de una paciencia que me es ajena, concluì_ rarisimas.
Mientras repetìa el trazado de mi cruce de calle, escuché_Chau, che, muy bueno lo tuyo, pero triste, eh?

miércoles, 28 de enero de 2009

No es cuestión de calendarios

Miraba fijamente el almanaque. El año nuevo le anticipaba sus rojos de domingos y feriados , en una loca jugarreta de futuro ya predicho. Debió acercarse para leer que decía Farmacia Italiana, tan poco veía? Se detuvo en la imagen...El almacén. las caras contorsionadas de Molina Campos, de un sacudón la instalaron en la infancia.
Casi escuchó voces y sintió olores, esa loca memoria suya actuaba por impulsos y casi no había imágenes , sí, sonidos, risas devenidas de alguna broma dicha de paso , mientras lenta e inexorablemente los tíos y los primos asistían a la fiesta del asado, convocante ,dorándose a la lumbre de brasas que se iban enrojeciendo con la noche.
Y otras voces, las de las mujeres que cruzaban comentarios, mientras las pulpas de los duraznos y las naranjas eran un festín de jugos que anunciaban la ensalada de frutas, infaltable.
Cuando sonó el timbre se sobresaltó, del delivery venían con la entrega, nada de manos endulzadas.
Darío llegaría tarde y los chicos habían anunciado que pasarían solo a brindar.
Cuántas veces habían levantado la copa y se habían deseado felicidad rodeando la mesa en la que casi no cabían los platos , ella siempre miraba las caras algo desesperanzada de los mayores y no entendía....claro a ella le urgía la adolescencia , ya miraba al que sería su hombre, mientras un calor extraño la recorría y le hacia tomar conciencia de su cuerpo con el que todavía no estaba demasiado segura de qué haría. Después hubo otras muchas fiestas, en la que los llantos de los chicos eran señal de vigilias alargadas para esperar la media noche , las corridas, eran presagio de saludos alegres y sinceros.
Eso fue hasta que se descubrió levantando la copa en cada diciembre, deseándose con su marido lo que sabían no llegaría con el año nuevo , ni con reyes ni con...nada.
Se miró las manos, debía arreglarse las uñas. Iba a ponerse algo especial que tal vez lo asombrara, seguramente le diría:_que se te ocurrió? Y ella en su fuero íntimo ,en ese corazón que no salía de su asombro, porque había retomado aleteos y saltos ya inusuales, sabía que estaba lista para otro encuentro, esperaría a que él se durmiera, no le costaba demasiado, habían terminado hacía muchas noches las esperas anhelantes por el silencio necesario para el amor saboreado, de vez en cuando los cuerpos se tocaban , las almas hacía tiempo que andaban separadas, cuando él se durmiera....se sentaría a la computadora, entraría a la red y esperaría a que su nick en azul le destellara en las pupilas...y volvería a escribir” hola amooorrrrrrrrr, en ese código de palabras alargadas que quieren decir lo que las voces no pueden...FELIZ AÑO NUEVO...y con inmenso dolor, sabría que ambos volverían a sus camas, a amanecer con otros,
Cuando sintió las llaves en la puerta volvió los ojos al almanaque....2002....Dios, tenia mas de 50 años y el corazón brincándole en el pecho...saludó al recién llegado, esperó a que e entrara a ducharse y no resistió,se conectó. abrió el icq..un sobre titilante le desbordó las ansias, leyó.”Esta noche no puedo. Un beso”.
Cuando apagó la PC su mirada tropezó con el almanaque , pensó en tirarlo , desechó el pensamiento y corrió al dormitorio, intentaría contener las lagrimas , se miró al espejo y descubrió los ojos de su madre y de sus tías y de todas las mujeres “viejas” de sus navidades de niña_adolescente, estaban ahí, todas juntas agazapadas, anunciándole un brindis que sabía de memoria...
La devolvió a la realidad la voz: -Buena idea la de las láminas de Molina!!! Te acordás?.
_Si, me acuerdo, y le alcanzó la camisa en un gesto tan repetido que ni siquiera necesitaba ser pensado.