Esta tarde



Hay tardes así.
Me urge terminar una pàgina
pero me distrae una hormiga
errante y salida de cauce,
¿raro, no? ,
que trepa por el filo, justo, de mi ventana

martes, 8 de mayo de 2007

Se ovillaba y se desovillaba en torno de su ombligo, Andaba en círculos caprichosos dándole vueltas a la sensación extraña. Si se acostaba boca arriba, era un cosquilleo inquietante, entonces volteaba de costado y sentía calor en el centro del cuerpo. Se acurrucaba y un hilo tibio le garabateaba extraños signos en el vientre. Si lo desatendía se volvía demandante, si se concentraba en él se iba desvaneciendo, pero nada de desaparecer, no, sólo se trataba de una estrategia para que ella se ocupara de recuperarlo. Cada mañana intentaba abandonarlo entre las sabanas y cada noche, sin embargo se acostaba con él. No importaba si llovía o el día era luminoso, en un caso se ocupaba de alumbrarla y en el otro de darle sombra. La exasperaba o la calmaba según las circunstancias. Se le deslizaba por la risa, pero se licuaba en sus lágrimas.
Entonces ella se ocupó, cuidadosamente, de buscar gente a la que le pasara lo mismo.
Hizo una larga lista que nombraba personas de cualquier parte, los distinguía por la luz en los ojos.
Creo que su nombre, sí, sí, el suyo, está entre ellos.
Ana. 4 de abril de 2007

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